No fue el Titanic
pero…
La compañía naviera Transmediterránea conectaba los principales puertos de la península y también los de la España extra peninsular, desde 1917 la sede social estaba en Barcelona en la Vía Layetana, la fundó el 25 de noviembre de 1916, JuanMarch. Empresario, financiero considerado uno de los más influyentes del siglo XX.
En 1926 Juan March
fundó la Banca March ya que contaba con la protección de Miguel Primo de Rivera, el dictador que gobernó España entre 1923 y 1930. Entre sus negocios cabe
destacar la venta de fusibles Mauser 98 al cabecilla Abd el-Krim, militar
marroquí que encabezó la resistencia contra las colonias españolas y francesas
durante la guerra del RIF, curiosamente la entrega del armamento se hizo sin la
aguja percutora de los fusiles que los inhabilitaban para disparar, esta pieza
fue entregada cuando se había realizado el pago acordado y estuvieron todos a
salvo.
En la Transmediterránea
hubo un capital inicial de 100 millones de pesetas y con ese dinero, absorbió a
varias navieras de la época y de paso, controlaba las comunicaciones entre
Baleares, Marruecos y el cabotaje del Levante español.
Francesc Cambó
denominó a Juan March el último pirata del Mediterráneo.
Texto extraído de
Wikipedia relacionado en el año 1936:
El 12 de julio, cuando el Dragon Rapide se encontraba en Casablanca, el general Franco envió un comunicado cifrado al general Emilio Mola,«El Director» de la conspiración, en el que planteaba su retirada alegando «geografía poco extensa», lo que significaba que no se unía al plan por considerar que no se contaba con suficientes apoyos. Cuando le llegó el mensaje a Mola, montó en cólera y furioso tiró el papel al suelo. El general Sanjurjo sentenciaría: «Con Franquito o sin Franquito» el alzamiento va adelante.Finalmente, el día 14, después del asesinato de José Calvo Sotelo el día anterior y la reacción que esta muerte causó en la derecha y en sectores del Ejército, Mola recibe otro mensaje de Franco que le transmite su decisión de unirse a la conspiración.
Con el Dragon Rapide ya en Gran Canaria, Franco tiene
que trasladarse allí desde su residencia de Tenerife sin levantar sospechas. La
oportunidad se le presenta cuando se conoce que el 16 de julio el comandante
militar de Gran Canaria, el general Amado Balmes, había muerto de un disparo en
el estómago, por lo que Franco ya tiene la excusa para ir a Las Palmas y
asistir al funeral.
En la nota del 19
de julio de 1936, un día después del levantamiento militar y del comienzo de la
guerra civil, el General Mola escribió la frase “Hay que sembrar el terror ...,
hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a
todos los que no piensen como nosotros”.
El General Sanjurjo sirvió a las órdenes de Alfonso XIII, del dictador Primo de Rivera y
de la República, así como en la participación del Levantamiento, falleció de El
20 de julio de 1936, dos días después del Alzamiento, al despegar la avioneta
en la que viajaba para ir a la zona Nacional.
Pues bien, gracias al señor Juan March, estoy yo en el mundo ya que mis abuelos paternos se conocieron en uno de sus barcos de La Transmediterránea, ésta conectaba Valencia con Barcelona y era lo más económico, pues el tren aún no estaba desarrollado como hoy.
Corría el año 1927
o 1928 no estoy seguro, pero el hecho es que mi abuela Emilia, venía a
Barcelona desde Valencia donde vivía con una tía suya y mi abuelo Evaristo
venía de Benilloba, su pueblo natal, cercano a Alcoy.
Evaristo, después
de vivir poco tiempo de nuevo con su familia, decidió marchar del pueblo y se fue
con un coche correo a Alcoy y de allí a Valencia.
El barco que cogió puede que fuera el Ciudad de Valencia que había cambiado de nombre pues durante la monarquía de Alfonso XIII los buques tenía el nombre de las personalidades del momento o miembros de la realeza, por ejemplo, estaba el Miguel Primo de Rivera, el General Sanjurjo, el Infante Don Juan el Infante Don Gonzalo el de la infanta Cristina o el del Príncipe Alfonso.
Durante la Guerra Civil algunos barcos, por ejemplo,
la ciudad de Valencia se convirtió en un barco de guerra al instalarse en él,
un cañón de 120 mm, dos cañones de 105 mm, dos de 47 mm y una ametralladora. Fue entregado a la Armada en el mes de noviembre
de 1936.
El puente de Sant Jordi se ubica en la ciudad
de Alcoy sobre el cauce del río Riquer, se construyó para el desarrollo de la
zona del ensanche de la cuidad, es de estilo Art Deco y la apertura al público
fue el 16 de noviembre de 1949 pero construido entre los años 1925 y 1931 con
el desarrollo industrial del momento, tiene una altura de 42 metros.
Seguramente
Evaristo se planteó quedarse en Alcoy pues entonces estaban haciendo las obras
del puente y se necesitaba mano de obra. Alcoy es una de las ciudades con más
puentes de España, es un municipio de la provincia de Alicante siendo uno de
los principales focos del modernismo, nos encontramos por ejemplo con la Casa
del Pavo que se construyó en 1908, el edificio del Círculo Industrial en1868,
el antiguo Parque de Bomberos en 1915, el Conservatorio de Música y Danza entre
1906 y 1908, conocido como Casa Escaló, el edificio de la Subestación Eléctrica
que se construyó en 1910.
Al final Evaristo
decidió ir a Valencia y una vez allí, cogió el barco con destino a Barcelona ya
que en el Paseo Maragall vivía una tía con la que podría vivir, trabajar y empezar
una nueva vida.
Emilia también
viajaba a Barcelona, ella tenía que operarse de apendicitis y sabía que en casa
de su padre no estaría mucho tiempo ya que tenía muchas discrepancias con él.
Mi bisabuelo, no
trataba bien a sus dos hijas Emilia y Josefina, fue por eso se había ido a
vivir a Valencia, total que fue en el barco donde se conocieron.
No era el Titanic,
pero en aquel momento poco importaba, lo importante era llegar a Barcelona lo
antes posible. Fue Evaristo quien cuidó de ella durante la travesía, la vio muy
mareada y contrariada. También estuvo a su lado durante la intervención y en la
convalecencia y no es que la cuidara, sino que fue el único que la atendió,
solamente estuvo acompañada por el que luego sería su esposo, ella tenía 23
años y Evaristo 32 ya no eran unos niños, al cabo de poco tiempo después de la operación
se prometieron, estaban solos los dos en Barcelona y surgió lo que tenía que surgir.
El padre de mi abuela se llamaba José Ferrando era el zapatero del rey Alfonso XIII y de varios miembros de su corte, muy amigo del Conde de Romanones, pero la historia de mi bisabuelo la escribiré más adelante.
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