lunes, 23 de mayo de 2022

Tranvías

 

El 7 de junio de 1926 Antoni Gaudí fue atropellado por un tranvía en la Gran Vía de Barcelona, cuando se dirigía a pie desde la Sagrada Familia, donde vivía, hasta Sant Felip Neri donde habitualmente iba a oír Misa, murió tres días después en el hospital de la Santa Creu, parecía un indigente y varios taxistas no quisieron subirle a su vehículo.

Gaudí era una persona que hacía ayuno muy a menudo por sus creencias, muy religioso, hasta el punto de ser obsesivo con sus oraciones diarias y sus cultos. De niño sufrió una enfermedad que lo inhabilitó para jugar con otros niños de su edad y de ahí su carácter observador de cuanto le rodeaba. Para él, el concepto de prioridades era que, en las calles primero eran las personas y los vehículos tenían que respetar el paso de los viandantes. En aquel momento estaba en controversia para que era la calle y para quien.

Aquel día de junio, el primero en echarle de menos, fue el vigilante de la Sagrada Familia, se extrañó que don Antoni no hubiera llegado a la hora de costumbre, tomó un taxi y fue a Sant Felip Neri, preguntó al sacerdote, éste le respondió que aquella tarde no le había visto, por lo que decidieron los dos, acudir a los dispensarios y a la policía. Tenían la sospecha que podía estar detenido por su apariencia de indigente, en uno de los dispensarios les comunicaron que habían atendido a un pobre anciano de barba blanca, pero no sabían dónde se encontraba, el clérigo sospechó que se trataba de Gaudí. Fueron al Hospital Clínic, allí no estaba, luego fueron al Hospital de la Santa Creu, el médico que les atendió les dijo que solo había atendido a un indigente anciano atropellado por un tranvía. Seguro que era él, se dijeron entre ellos.

Tres días después murió. Miles de personas acompañaron a la solemne carroza fúnebre que transporto el ataúd. La guardia urbana a caballo abrió el paso del séquito. El pueblo llano quiso rendirle homenaje que siguió la comitiva durante 6 km. por las calles de Barcelona. En la losa con la que se cubrió el ataúd pusieron simplemente, Antoni Gaudí y Cornet A.C.S. que significa “Al CEL SIA” en el cielo esté.

Nueve años más tarde un tranvía de la línea 29, también atropelló a mi padre en la confluencia de la Ronda de Sant Antoni, la Ronda de Sant Pau y la calle Manso, donde vivía.

Paseaban tranquilamente mi abuela Emilia y su hermana llevando de la mano a mi padre que tenía unos cinco años, corría el año 1935, por aquellos tiempos era normal ir por el medio de la calle y no oyeron, ni vieron el tranvía que venía por detrás, éste también las empujó apartándolas y tirándolas hacia los lados, con tan mala fortuna que el niño quedó en medio y el tranvía lo atropelló subiéndolo a través del deflector, una especie de guardabarros triangular hecho de barrotes.

El susto fue mayúsculo para mi abuela y su hermana que gritaban despavoridas, acudieron al lugar decenas de personas para sacar al niño de debajo del vehículo.

Él cuenta, que el aquel momento no sintió ningún miedo y que hasta le hacía gracia ver las piernas de tanta gente desde aquel punto de vista.  Durante un largo rato estuvo bajo el tranvía ya que tuvo que venir una grúa para levantarlo y poder sacarlo de allí, por fin lo consiguieron. Una vez fuera vieron que el daño causado fue una parte pequeña del hélix de la oreja izquierda que se quedó en el lugar.

Dicho tranvía llevaba el rótulo de circunvalación, iba desde la confluencia de la Ronda San Pablo con el Paralelo hasta la estación de Francia, pasando por las Rondas, Pl. Universidad, Pelayo, Pl. Cataluña, Rondas, por el Pº Industria, y la Aduana (hoy Gobierno Civil). La vuelta completa no se pudo hacer hasta el año 1902,

Fue la primera línea electrificada en Barcelona, antes fueron los caballos los que tiraban de la gran carroza.

La línea de circunvalación, primera de carácter estrictamente urbano, enseguida tuvo también un carácter turístico porque, como afirmaba la crónica de un periódico, "toda la ciudad, con sus plazas y paseos, sus edificios y monumentos, desfilan ante el pasajero".

Cuando alguien no se está quieto se dice por estas tierras “dónes més voltes que el 29” refiriéndose al trayecto de circunvalación de la línea 29. En el año 1877 cuando se inauguró la línea no hacía el recorrido completo, fue el 13 de agosto de 1892 cuando se completó la línea. Se le llamaba coloquialmente, “la carroza de los pobres” funcionó hasta 1967, en aquel momento fue sustituido por un autobús con el mismo número que realizaba el mismo recorrido.

Como cosa curiosa cabe destacar que, durante varios años los coches de esta línea, llevaban unos buzones de correos situados en la plataforma anterior, el público utilizaba tales buzones para depositar su correspondencia, pues eran como buzones de alcance, ya que los mismos eran vaciados por unos carteros que se situaban en la plaza de Urquinaona, lugar donde entonces estaba la administración principal de correos. A ciertas horas, la recogida se efectuaba frente a la estación de Francia, para acelerar el correo.

 Al principio los tranvías fueron de tracción animal, se les llamó tranvías de sangre, el primero fue desde el Pla de la Boqueria a los Josepets de Gràcia.

En poco tiempo se inauguraron las líneas del Poblenou a Pla de Palau, otra línea de Sarrià a Les Corts.

En 1872 apareció el tranvía de vapor al que denominaron “el tranvía de foc” ya que llenaba de humo por donde pasaba, en aquel momento no había problemas de polución.

También aparecieron tranvías sin las paredes laterales que se denominaron jardineras

 A finales del siglo XIX con la llegada de la Electricidad a Barcelona, el transporte ferroviario pudo conectar Barcelona con su periferia, pueblos cercanos como Sarria, Gracia, Horta o la Barceloneta.

El hipódromo de Can Tunis, el casino de L’Arrabassada, o el recién inaugurado parque de atracciones del Tibidabo fueron mucho más concurridos, ya que los visitantes podían acudir gracias al tranvía que era mucho más asequible.

 Hubo mucha controversia entre los conductores de tranvía y los carreteros, los unos decían que los carros eran muy lentos los otros que las vías hacían resbalar a sus caballos.

 La central eléctrica del Paralelo, suministró la energía al tendido eléctrico y gracias a eso en 1899 los primeros empezaron a funcionar sin caballos.

Las primeras líneas se instalaron en la ronda de Sant Pau y en ocho años se electrificó toda la red.

En 1922 aparecieron los primeros autobuses haciendo la competencia a los tranvías y a partir de 1945 el Ayuntamiento gestionó el tráfico y la gestión de las líneas de los tranvías.

Mariano de la Foronda y González Bravo, Gentilhombre, grande de España, fue presidente de la principal línea de tranvías y en la exposición universal del 29 fue nombrado comisario. Las paradas se hacían a petición de los viajeros, tirando de una cuerda que recorría el vagón y hacía sonar una campanita para que el conductor supiera que el pasajero solicitaba bajar.

El marqués de la Foronda implantó las paradas para aumentar la velocidad i evitar parar y arrancar continuamente, así que solo tenía que parar en el lugar establecido. A los conductores se les proporcionó un pito para indicar según los silbidos, parada, arranque o si ya estaba completo el vagón.

En los años 30 las huelgas y protestas que duraron dos semanas afectaron mucho a toda la red y durante la guerra, la malla viaria quedó muy afectada por los bombardeos.

En 1951 hubo una huelga general, el detonante fue la subida de precio del billete, que pasó de 50 céntimos de peseta a 70 céntimos.

 El 18 de marzo de 1971 pasó a ser historia el tranvía en Barcelona quedando solamente el tranvía Blau que iba desde arriba de la calle Balmes al Tibidabo, años más tarde también desapareció y con el paso del tiempo en el año 2004 aparecieron dos líneas nuevas el Tram Baix y el Tram Besos.

El tranvía Blau fue inaugurado el 28 de octubre de 1901 y funcionó hasta 1945 no era de color azul era de color verde claro, repintado de color azul para hacerlo más visible después de un accidente.

 

El doctor Andreu, el de las pastillas, promovió subir a la montaña del Tibidabo para respirar aire puro y hubo un proyecto de urbanizar la montaña. El 20 de febrero de 1889 se fundó Tibidabo S.A. en aquel momento la burguesía catalana no tuvo ningún problema para adquirir permisos y edificar en aquel lugar. La construcción más importante fue la del parque de Atracciones del Tibidabo y el día 29 de octubre de 1901 se inauguró el parque, el tranvía y el funicular, estos tenían una central eléctrica propia que les subministraba la energía.

El funicular del Tibidabo fue el primero de todo el Estado Español.

El trayecto del tranvía azul tenía una longitud de 1.276 metros con un desnivel de 93 metros de altura, era el único tranvía de la ciudad que no fue de titularidad pública hasta 1979.

 

En el año 1910 se hicieron obras en el paseo de Gracia para colocar los raíles del tranvía también se hicieron en el paseo Maragall donde vivió mi abuelo al llegar a Barcelona, no me extrañaría en absoluto que muchos de los viajes al trabajo los hiciera colgado del tranvía.

 Durante la semana trágica de 1909 el tranvía también sirvió para hacer barricadas como la del Torrent de l’Olla.

El 16 de marzo de 1938 una bomba impactó sobre un tranvía, murió mucha gente y mucho otros quedaron heridos, parece ser que un camión cargado con explosivo (trilita) que estaba cerca, hizo multiplicar el efecto de la bomba.

En las paradas de tranvía se pusieron unos toldos para hacerlas visibles y proteger de la intemperie en la medida de lo posible a los viajeros.

La red de raíles de tranvía llegó a tener un total de 220 km en Barcelona. El trole era el dispositivo para tomar la corriente de la catenaria, consistía en unos barrotes que al tocar con los cables de la catenaria hacía una diferencia de potencial y permitía hacer funcionar los motores.  En muchas ocasiones echaba chispas al tocar los cables, lo que asustaba a la gente y parecía peligroso. El tranvía tenía un conductor, que transportaba a los viajeros en la parte delantera y un cobrador en la parte trasera por donde se accedía, muchas veces pasaba el revisor que, en caso de no llevar billete, te ponía una multa con el consiguiente perjuicio económico.

1 comentario:

  1. Amic Eduard, siguiendo con el tema de los tranvías, que tan bien has explicado en tu blog, solo quiero añadir un apunte. Ya que hablas del Paseo Maragall, una de las calles que lo cruzan es la Avinguda dels Quinze (Los Quince), que hace referencia al precio del tranvia 46, que desde la plaza Urquinaona hasta este lugar, costaba 15 céntimos (de Peseta). Los cobradores del tranvía solian "cantar" los límites donde acababan los billetes. El grito de "los quince" se popularizó entre los viajeros de aquellos tranvías. Por petición vecinal esta avenida se pasó a llamar "Els Quinze" en marzo de 2019, antes se denominaba Avinguda de Borbó.

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